Los sartenes y ollas de Hierro Fundido son de metal natural y cuentan con pequeños poros, los cuales cuando calientas este material, los poros se abren y absorben aceites y grasas de lo que estamos cocinando. Con el tiempo, estos aceites se mezclan con la superficie porosa y crean una superficie de poca adherencia que es más dura y tersa que la del hierro fundido. Este proceso se denomina curado y es mucho más fácil de hacer en casa de lo que parece.

Esto es lo que SI debemos hacer con nuestros sartenes y ollas de Hierro Fundido JCE

Usar jabón de trastes. Aunque esto no es lo suficiente abrasivo para eliminar todo el curado en la superficie de tus sartenes. Si solamente enjuagas la sartén, las bacterias pueden crecer y el residuo de grasa. Para los restos de comida más duros, intenta tallar tu sartén de hierro fundido con unas cuantas cucharadas de aceite, sal de cocina y una toalla de papel. Cuando la sal se vea negra y sucia, enjuaga y seca bien.

Recubre el Sartén de Hierro Fundido con aceite antes de guardarla. Tras lavar y secar cuidadosamente la sartén, utiliza una toalla de papel para aplicar una capa muy delgada de aceite neutro.

Cura tus sartenes dos veces al año. Además de mantener tus ollas y sartenes bien engrasadas tras cocinar, es una buena idea curarlas por completo dos veces al año.

Esto es lo que NO debemos hacer con nuestros sartenes y ollas de Hierro Fundido JCE

Guardes tus sartenes mojadas.  Esta es importante —el agua se acumulará al fondo del sartén y se oxidará. Esto también aplica para dejar tu sartén secar sobre la estufa.

Pongas tus sartenes en el lavaplatos. Un lavaplatos es demasiado agresivo y potencialmente puede despojar a la sartén de su superficie.

Dejes tus sartenes remojando. Mantén tu sartén fuera del fregadero hasta que esté listo para limpiarse. El remojo excesivo puede causar oxidación.